Día: 23 junio, 2019
Relato monacal
Hermana María: – ¿Ya te diste cuenta que un hombre está siguiéndonos hace como media hora?
Hermana Sara: – Si, ¿Qué será lo que él quiere?
Hermana María: – Es lógico, él quiere violarnos.
Hermana Sara: – ¿Y ahora, qué debemos hacer?, él nos alcanzará en un minuto.
Hermana María: – La única cosa lógica que podemos hacer: separarnos. Tú vas para aquel lado y yo voy por aquel otro. El no podrá seguirnos a las dos, al mismo tiempo.
La Hermana Sara llegó al convento preocupada por lo que podría haberle sucedido a la Hermana María.
Pasado un buen tiempo, llega la Hermana María.
Hermana María: – Sucedió lo lógico. El hombre no podía seguirnos a las dos, entonces optó por seguirme.
Hermana Sara: – ¿Entonces qué sucedió?
Hermana María: – Lo lógico, yo comencé a correr lo mas rápido que pude y él corrió lo mas rápido que él podía también…
Hermana Sara: – ¿Y entonces?….
Hermana María: – Nuevamente sucedió lo lógico: el me alcanzó.
Hermana Sara: – Oh, Dios mío! ¿Y tú que hiciste?
Hermana María: – Hice lo lógico, me levanté el hábito.
Hermana Sara: – Oh, Hermana María! ¿Y qué hizo el hombre?
Hermana María: – El, también hizo lo lógico, se bajó sus pantalones.
Hermana Sara: – Oh, no!!! ¿Y qué sucedió después?
Hermana María: – ¿No es obvio, Hermana Sara? Una monja con el hábito levantado corre mucho más rápido que un hombre con los pantalones bajados…!!!
Si alguien pensó en otro final para la historia, debe ponerse a rezar:
