Hace 10.000 años éramos sólo un millón. En 1800, hace poco más de 200 años, éramos ya mil millones. Hace 50 años, hacia 1960, éramos tres mil millones. En la actualidad, superamos los siete mil millones. En 2050, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos vivirán en un planeta habitado por nueve mil millones de personas como mínimo. Antes de que acabe el presente siglo, seremos por lo menos diez mil millones. Posiblemente más”. El profesor Stephen Emmott deja clara su intención desde el comienzo, acobardar al lector. Página a página, te va hundiendo en una sopa de datos catastróficos, apocalípticos, un futuro terrible e inevitable en el que te ahoga por mucho que razones para escapar de ellos, como atrapado en arenas movedizas.