A pesar de no se experto en la materia, los rosales que he sembrado en el pequeño jardín que existe al frente de la casa, me han dado grandes satisfacciones con la presencia de hermosas muestras de lo que la naturaleza es capaz de hacer.
Aquí les presumo unas cuantas de tales preciosidades:
Realmente son un regalo de la naturaleza, para alegrar nuestra vista, tacto y olfato, pero también requiere de la intervención del hombre.
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